BOLETÍN DE SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO DE CEIM Nº 21 - Abril 2019

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Entrevista a D. Joaquín Nieto, director de la Oficina de la OIT en España

D. Joaquín Nieto, director de la Oficina de la OIT en España

CEIM quiere sumarse a la felicitación por el centenario de la OIT y, en especial, mostrar su agradecimiento a D. Joaquín Nieto por la amabilidad de recibirnos en la sede de la Oficina de la OIT en Madrid y responder a las siguientes cuestiones:

1. Este año se cumple el centenario de la OIT. En Materia de salud laboral, ¿cómo valora la contribución de esta Organización a la mejora de las condiciones de trabajo?

Creo que ha sido determinante en estos 100 años el enfoque de la OIT sobre salud y seguridad en el trabajo, fomentando numerosas políticas en todo el mundo incluido en Europa. La Directiva Europea sobre salud y seguridad en el trabajo, que es la que va a configurar el marco legislativo nacional , con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales no sería posible concebirla sin la acción de la OIT en todo el mundo en relación con la salud y seguridad en el trabajo.

Los convenios de la OIT abordan esta cuestión en sus distintos campos, tanto en materia preventiva como de protección social y de seguridad social. Obviamente estos son los primeros pasos porque si los trabajadores no tienen ni siquiera un sistema de aseguramiento, de prestaciones sanitarias y económicas, cuando surge un accidente de trabajo o una enfermedad laboral, están totalmente desprotegidos. Todo el marco básico conceptual real que configura la salud y seguridad en todo el mundo y las políticas y la gestión obviamente tienen una fuente común que es la OIT.

Buena parte de los Convenios OIT, prácticamente 70 de los 189 convenios que tiene la OIT, van dedicados de alguna manera a la salud y seguridad del trabajo. Obviamente hay algunos, el 155, el 187, que son específicamente sobre salud y seguridad en el trabajo, donde están las reglas básicas tanto de la prevención y protección como del Sistema de Gestión necesario: tanto en el campo de la administración laboral como en el de la empresa, así como la representación y participación de los trabajadores.

Sin la OIT no tendríamos los niveles de protección y de prevención que tenemos ahora. Así que uno de los méritos que tiene nuestra Organización centenaria es ese y por ese mérito, se nos reconoce con razón.

2. Su Organización tiene una visión global. En su opinión, ¿qué retos tiene la prevención de riesgos laborales a nivel internacional?

Los retos tienen que ver con los déficits: cómo resolver los déficits que todavía existen en materia de salud y seguridad en el trabajo, cuyo exponente más claro, es la cantidad de muertes. Estamos hablando al año de dos millones setecientos ochenta mil muertes. La gran mayoría, por enfermedad profesional, pero más de 300.000 anuales por accidente de trabajo.

Queremos que el futuro del trabajo sobre el que estamos dedicados ahora tiene que ser un futuro seguro y saludable y que se puede avanzar, como ha avanzado España. El avance de España ha sido espectacular. De la misma manera, en el mundo habría que avanzar y esa es la principal cuestión que nos preocupa y que nos ocupa.

Por qué sucede esto. Si tenemos el 60 por ciento de los trabajadores en el mundo que, están en economía informal y en situación de economía informal, sin contrato, ya eso nos indica algo. Si observamos que el 55 por ciento de los trabajadores en el mundo no tiene acceso a un sistema de protección social, eso es otro indicador; si observamos que hay 600 millones de trabajadoras y trabajadores trabajando en cadenas mundiales de suministro para empresas y marcas de primera línea; está claro por dónde van los desafíos de la OIT en el futuro inmediato.

Y hay algunas propuestas interesantes que se van a discutir en esta materia en la próxima conferencia en junio. De hecho, de cara a este debate sobre el futuro del trabajo se constituyó una Comisión Global.

No es una Comisión OIT, es una comisión de personalidades de todo el mundo expertas en las distintas materias por supuesto relacionadas con el mundo empresarial y con el mundo sindical, pero también con el Gobierno. La presiden el Primer Ministro sueco y el Presidente de Sudáfrica.

Entre las propuestas para el futuro del trabajo, para ordenarse organizar ese futuro del trabajo, en una de las propuestas, quizá la más emblemática es que sea cual sea el sector en el que trabaja un trabajador o una trabajadora, sea cual sea su tipo de contrato, sea cual sea la naturaleza de su actividad, si es trabajo en plataformas o no, todos los trabajadores tienen que tener unos mínimos derechos. Lo llaman una garantía laboral universal, que incluye no sólo los principios y derechos fundamentales del trabajo sino también un salario vital y una regulación razonable del horario de trabajo, y salud y seguridad.

La Comisión nos propone a la OIT que la salud y seguridad en el trabajo la incluyamos como parte de los principios y derechos fundamentales del trabajo.

Esto sería un salto adelante muy importante. Los principios y derechos fundamentales del trabajo son evitar el trabajo infantil, y el trabajo esclavo, la no discriminación y la libertad sindical y de negociación colectiva.

La Comisión propone añadir un principio más: que las personas tienen derecho a trabajar en condiciones seguras y saludables. Por lo tanto, los convenios principales de la OIT al respecto formarían parte de los convenios que regulan los principios y derechos fundamentales del trabajo.

Esto es una propuesta; luego la s, los gobiernos, los representantes sindicales y los representantes empresariales, tendrán que evaluar estas propuestas y ver cuáles hacen suyas y cuáles incorporan a los resultados de la Declaración de la Conferencia del Centenario.

Así es como estamos ahora mismo afrontando la realidad, es decir por un lado, intentando formalizar el trabajo informal, extender el aseguramiento de los trabajadores en caso de accidente y enfermedad y su protección social e incluir este derecho como un derecho básico claro, sea cual sea el trabajador en cualquiera de las circunstancias que esté trabajando en cualquier parte.

3. ¿Cómo valora el hecho de que la normativa preventiva española haya sido acordada entre Gobierno, Sindicatos y Organizaciones de Empresarios?

El éxito de la OIT a nivel mundial en estos 100 años ha consistido en su carácter tripartito. La OIT no fue la única institución que se creó en el Tratado de Versalles, pero es la única que ha conseguido incluso sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial. No fue fácil y consiguió inspirar después, gracias al éxito que había tenido como organismo multilateral, la creación de Naciones Unidas. El objetivo de la OIT no era otro que el de lograr la paz mundial a través de la justicia social y en concreto de la aplicación de la justicia social en las relaciones de trabajo.

Este era el mandato de la OIT y su característica era ese tripartitismo para hacer normas del trabajo compartidas por todos los países del mundo sobre una base de elaboración tripartita.

Eso es lo que hace a las organizaciones especialmente robustas y especialmente flexibles a la vez y la OIT ha tenido una elaboración legislativa impresionante: 189 convenios, más de 200 recomendaciones, y todos ellos tienen una vida rica.

Este año se adoptará un nuevo convenio sobre Violencia y Acoso en el trabajo que es un asunto que hay que resolver y que sucede en el trabajo.

La experiencia española la he conocido bien. Ocupé responsabilidades en representación de los trabajadores en la Comisión Nacional de Salud y Seguridad del Trabajo, de la que fui vicepresidente durante una quincena de años, y presidente de la Fundación Estatal para la Prevención de Riesgos Laborales. No sólo la Ley de Prevención fue fruto de un acuerdo, sino que también todo el desarrollo reglamentario posterior y todas las políticas de acción que acompañaron ese desarrollo reglamentario.

Lo importante era llevarlo a la realidad porque donde sucede el accidente o donde una trabajadora o un trabajador contrae la enfermedad es en el lugar de trabajo. Las políticas preventivas y de protección de los trabajadores deben llegan al lugar de trabajo y a los puestos de trabajo. Conseguimos edificar una arquitectura preventiva sólida que ha mostrado buenos resultados y sobre todo en la cuestión de accidentes.

Cuando empezamos, en España se mataban más de 100 trabajadores por 100.000 y después ya hemos llegado a cuatro trabajadores por 100.000. El éxito ha sido clarísimo pero no en enfermedades. Hoy tengo que reconocer que a pesar del tripartito, a pesar de las buenas intenciones, en el campo de las enfermedades profesionales en España, como también sucede en el resto del mundo, existe un subregistro. Y esto es negativo porque si algo no se conoce, no se puede actuar. Es muy difícil prevenir y actuar sobre ello y creo que hay muchos obstáculos que habría que levantar y el propio sistema preventivo no lo facilita.

Las entidades colaboradoras deberían servir para detectar estas enfermedades.

En parte, también sucede porque en España hay un sistema de asistencia sanitaria que funciona muy bien y que es universal.

Pero entonces ahí, algo falla porque se está haciendo que el sistema nacional de salud que tiene unas fuentes de financiación determinadas, tenga que atender unas enfermedades profesionales que tienen otras fuentes de financiación que no se dedican a ello.

Esto no sucede sólo en España, es algo que sucede también en el mundo, pero aquí no podemos hablar de un balance pleno. Ya desde la OIT le vamos a prestar atención a nivel mundial y espero que también como consecuencia se le preste en España.

El tripartitismo es clave, porque permite detectar mejor los problemas y también buscar aquellas soluciones que vayan a ser más efectivas.

También hay que corregir otra situación que se da, que es la estructura productiva española en la que predomina tanto la pequeña y muy pequeña empresa que hace que los sistemas de representación y de participación de los trabajadores no sean útiles aquí.

Ha habido algunas experiencias que son interesantes de delegados de prevención territoriales de los trabajadores.Lo habido en algunos sectores de la construcción o de la química, lo ha habido también en algunos territorios, como ha sido el caso de Navarra u otros, y creo que los resultados han sido positivos, y que dan una pista de por dónde corregir también las situaciones de infra participación o infrarrepresentación, porque si los beneficios de la actuación tripartita son tan claros, tendremos que actuar para llevar esa actuación tripartita hasta el último rincón.

4. ¿Qué opinión tiene la OIT en materia de salud laboral en relación con la economía digital?

Estamos estudiándolo, en el debate sobre el futuro del trabajo. Ha quedado claro desde el principio que la salud y seguridad en el trabajo es algo que en ningún caso se puede perder y es una pista también muy importante para restablecer la situación de derechos laborales, ya que muchas veces estas prácticas están pensadas para eludir responsabilidades laborales.

Hay una fuga del derecho. Obviamente si el instrumento de trabajo fundamental en una plataforma, es la propia plataforma lo que le da valor a ese trabajo, el valor principal lo tiene y la herramienta principal de trabajo es la propia plataforma, que es la que establece la relación con los clientes y organiza el trabajo y, por lo tanto, eso es lo que ha favorecido que la mayoría de sentencias, no solo en España, también en Europa y también en el mundo, vayan hacia la laboralidad de esa relación, precisamente por asuntos como la salud y la seguridad.

Alguien tiene que ser responsable y la filosofía al respecto que se utiliza en el conjunto de las relaciones laborales es también valiosa. Es decir, hay que garantizar la formación de esos trabajadores, hay que garantizar que esos trabajadores reciben unas instrucciones, que tienen una formación que reciben unas instrucciones claras, permanentes y dinámicas al respecto, hay que garantizar que un análisis de los riesgos, que se evitan los riesgos que se podrían evitar y que se previenen los riesgos que no se han podido evitar, y eso se hace con la participación de los trabajadores. Estos principios están en la OIT y están también en la directiva comunitaria y la ley española.

Son principios básicos que van a orientar toda la actividad preventiva. No desaparecen en estas relaciones laborales por muy nuevas que quieran ser.

Estamos hablando en muchos casos, además, de oficios que han existido siempre: mensajeros, repartidores, conductores. Estamos hablando de oficios además con un alto nivel de riesgo de riesgo de tráfico, sobre todo en temas de seguridad vial.

No es un asunto menor, estamos hablando de sectores más expuestos, con unos riesgos más letales, más fatales en resultados y que por lo tanto requieren de una mayor atención. Todo lo que vaya hacia la fuga del Derecho del Trabajo o de las obligaciones respecto a la prevención de esos riesgos, va en el sentido absolutamente contrario al de las relaciones laborales y de unas relaciones tripartitas, constructivas.

Obviamente toda actividad tiene unos riesgos. Toda actividad nueva hace que desaparezcan unos riesgos y que aparezcan otros. Y en general la irrupción de las nuevas tecnologías en el trabajo es portadora de soluciones y la robotización puede sustituir muchos trabajos peligrosos y hacer que estos trabajos tengan menos riesgo. Eso será algo positivo y hay que ver las tecnologías también desde esa perspectiva de la aportación positiva para disminuir los riesgos. Pero también hay que verlo desde la perspectiva de los nuevos riesgos, que pueden tener que ver con materiales, si hablamos de nanotecnologías o de biotecnologías, puede tener que ver con la gestión y la organización del trabajo, con derechos individuales, como los riesgos asociados con la dependencia horaria y por lo tanto con el derecho a la desconexión digital.

Por ejemplo, el riesgo que representa que muchos trabajadores son evaluados inmediatamente por los clientes, como mecanismo de evaluación. La empresa evita tener su propio sistema de evaluación y lo exterioriza hacia un sistema de evaluación que es el de los clientes que, puede haber discusiones y las hay sobre ese sistema de evaluación de si es más justo o no, pero en todo caso tiene consecuencias y sobre todo supone una presión impresionante para quienes están haciendo ese trabajo por las consecuencias que tiene.

También puede haber vulneración del derecho a la intimidad. Es decir, pueden aparecer nuevos riesgos que tienen que ver con los derechos de los trabajadores que deben ser contemplados.

Todo tiene solución y por supuesto que esos nuevos riesgos no invalidan las nuevas tecnologías, pero orientan a un uso responsable de esas tecnologías y sujeto a derecho.